La txapela ya no es cosa de nuestros abuelos: así la llevan estas vizcaínas con estilo | El Correo

2022-08-12 22:24:26 By : Mr. Helly Yuan

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Ana Antolín, Miren González de Mendialdua, Carmen Gimeno y Yolanda Paredes.

La boina es un clásico que vuelve a estar de moda. Brigitte Bardot y Lauren Bacall la convirtieron en un icono. Madonna y Rihanna la reivindicaron en su versión más canalla. Y hoy las protagonistas de la serie 'Emily en París' y la película 'Rebeca', ambas de Netflix, la han colocado de nuevo en el candelero. Vuelve la txapela que llevaban nuestros abuelos para que les resbalasen las gotas de agua y protegerse del sol, pero también para ir a la huerta, acudir los domingos a misa o engalanarse el día que les tocaba hacer de padrinos de una boda. La boina es hoy objeto de deseo en el caprichoso mundo de las tendencias, el complemento definitivo de las que más saben de moda.

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En Sombreros Gorostiaga, en el número 9 de la calle Víctor, venden boinas desde 1858 y otros tocados que no logran jubilarlas. «El 90% de las que tenemos son de Boinas Elósegui», apunta Emilio Pirla, séptima generación y dueño junto a su hermano Iñaki de este negocio familiar del Casco Viejo. Para mujer, disponen del modelo Dame, que cuesta 21,50 euros y despachan hasta en 40 colores. Eso sí, triunfa en los tonos «rosa intenso, granate claro, beige claro y mostaza». «Esta boina es un complemento juvenil que se llevan desde adolescentes de 14 años hasta mujeres de 60», cuenta Emilio.

El modelo 'Dame', para mujer y disponible en 40 colores, de la firma Boinas Elósegui.

Para hombre, en Sombreros Gorostiaga tienen boinas de «siete tamaños, seis calidades y cinco colores»: negro, azul marino, azul bilbao, azul claro y rojo. Se venden desde 9,50 euros -«la de calidad popular, que se usa para disfrazarse»- hasta 52,50 la más cara. Eso sí, la más vendida para caballero es la 'Super lujo', que es «impermeable y gruesa, con mucha lana»; y cuesta 39,50 euros. Triunfa también el modelo 'Pirineo', en realidad una gorra tejida como si fuera una boina. «Está disponible en color azul bilbao, negro, marrón y gris. Gusta sobre todo a los hombres, porque las mujeres se decantan por tonos más alegres», explica Emilio.

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Boinas Elósegui fabrica desde 1858 esta prenda convertida ahora en tendencia. Aquel año nacía en Tolosa la primera fábrica de boinas de la península. Antonio Elósegui, un hombre adelantado a su tiempo, fue el fundador de la empresa y un referente de la época que supo ver el potencial de un complemento cuyo uso hasta ese momento se circunscribía a algunas zonas de la frontera con Francia. Hacia 1900, Elósegui llegó a emplear a 300 personas y vendía 3.000 txapelas al día. Hoy las ventas diarias suman 600 unidades en todo el mundo (hasta en Japón), unas 220.000 al año, con una plantilla de 25 trabajadores.

Una publicación compartida de Boinas Elosegui (@boinaselosegui)

Eso sí, la famosa marca tolosarra, el último fabricante aún en el negocio a nivel estatal, ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos. Sigue teniendo éxito su boina negra clásica, un valor seguro entre su clientela más fiel, pero hace años que esta empresa decidió reciclarse y contratar a jóvenes creadores que los ayudasen a lanzar nuevas propuestas. En su página web, se pueden descubrir los diez modelos disponibles para mujer en todos los colores imaginables y con precios muy asequibles que parten desde los 21 euros. Más de 160 años después, siguen haciendo «el Rolls Royce de las boinas»: son de lana 100% merino, es decir, abrigan, no cala el agua y no pican.

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Ancladas entre el cliché parisino y la nostalgia de algunos de los mayores iconos de moda del siglo XX, no siempre sabemos trasladar la boina a los looks de nuestro día a día. Buscamos inspiración para llevarlas en estas cuatro vizcaínas con estilo:

Galería. Ana Antolín.

Ana Antolín se viste como siente, sin importarle las miradas ajenas, demostrando en su perfil de Instagram, 'Anantolinfifty', que la elegancia es cuestión de actitud. Cuida los detalles en cada uno de sus looks y reconoce que las boinas son su «perdición». «Me encantan, son mi complemento favorito para el otoño-invierno y, además, asequible para mi bolsillo», asegura. Y reconoce que las luce en todas las texturas y colores posibles: «Tengo el Pantone completo en mi armario». Todas son de Boinas Elósegui, menos un par de ellas. «Cuando me visto con colores más sobrios, aporto un extra de color al estilismo con la boina, pero otras veces también me gusta combinarla con las tonalidades del resto de prendas», asegura. Lo mismo se la pone «con unos vaqueros» que «con una falda o un vestido de lo más 'lady'». «Es el complemento perfecto, porque te permite jugar con los colores y que parezca que cada día cambias de look», apunta esta apasionada de la moda de 53 años.

Carmen Gimeno casi siempre lleva zapatillas, viste con ropa 'low cost' y hace tiempo que dejó de ser una esclava de la peluquería para lucir su pelo canoso al natural. Esta licenciada en Bellas Artes de 57 años, profesora de dibujo técnico, artístico y plástica en el colegio Nuestra Señora del Carmen de Portugalete, destaca por su elegante sencillez y su deseo de expresar su creatividad a través de la moda. Una pasión que vive de una forma intuitiva, con un estilo ecléctico tan personal que es difícil de definir e imitar. Y sí, ella tampoco puede prescindir de su colección de boinas. «Tengo un montón, en todos los colores. Llevo años utilizándolas y creo que es el tipo de gorro que más me favorece», cuenta. En su opinión, este accesorio «combina con todo y no es necesario llevar un look muy afrancesado para lucirlas». «Dan un toque elegante a los estilismos, que encima hoy en día son más relajados. A mí me gusta aportar la nota de contraste con la boina, es decir, me pongo un abrigo en tonos tierra, un jersey beige, unos vaqueros...¡y una boina naranja!» Su colección pertenece sobre todo a la firma Boinas Elósegui, pero últimamente también se ha comprado varias en El Corte Inglés.

Galería. Miren González de Mendialdua.

A sus 58 años, Miren González de Mendialdua reivindica que «la madurez tiene un estilo fantástico» y lo demuestra con los atrevidos y sofisticados looks que comparte cada día en Instagram con sus casi 15.000 seguidores. Esta estilista bilbaína y directora de arte en desfiles de moda se considera la reina de los complementos, que son «los que dan personalidad a un look». Por eso, ella también es fan de las boinas: «tendré 50 tranquilamente, en todos los colores imaginables», confiesa. Le fascinan porque dan «un estilazo bárbaro hasta a un estilismo básico». «Además, si un día tienes el pelo menos arreglado, te ayudan a disimularlo», añade. Las suyas son principalmente de Boinas Elósegui, pero también tiene algún modelo más original de la diseñadora Mercedes de Miguel. «Es un accesorio perfecto para el invierno, puedes llevar una boina con un traje de chaqueta, un collar de perlas y unos tacones, pero también con un chándal».

La boina es un imprescindible en el armario de Yolanda Paredes. Esta magistrada bilbaína de la Audiencia Provincial, conocida como adri4me en Instagram, se convierte cada día en inspiración para sus miles de seguidoras gracias a su don innato para percibir las tendencias y adaptarlas a la perfección a su estilizada silueta. Y, por eso, hace tiempo que Yolanda también cayó rendida al accesorio del momento. «Siempre me ha gustado completar los looks de invierno con sombreros, boinas, gorras... Considero que las boinas francesas aportan un aire muy 'chic' y parisino al estilismo. Las tengo en diferentes colores y tejidos: roja, caldera, azul, de lana, de terciopelo, de pana... y siempre las llevo con el pelo suelto». Piensa que aportan «un plus de sofisticación al conjunto» y no duda en lucirlas con vaqueros y zapatillas, aunque le fascina «el toque femenino» que una boina «añade a una falda, ya sea lápiz o 'mini'». Reconoce que en cualquier comercio que ve una bonita se la compra, pero tiene una tienda de referencia en la villa: la tienda Sombreros Albero en el Hotel Abando.