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Es una escena tan cotidiana que, en un principio, no estaría abierta a lo novedoso. En plena ducha, lo normal es coger el bote de champú para lavarse el pelo. Pero hay cada vez más personas que cambian este embase por pastillas como las del jabón que se usa con las manos. Es el champú sólido, un producto al alza que ha sido analizado por la Organización de Consumidores y Usuarios ( OCU) para mostrar sus ventajas y debilidades respecto a los líquidos, así como elegir a los mejores productos del mercado.
Como sucede con las pastillas de jabón tradicionales, en el champú sólido las hay de diferentes tamaños y formas. Un apunte, los usuarios prefieren las redondas respecto a las rectangulares. Por eso, se hace especialmente difícil comprobar si es cierto que duran más que los líquidos. Algunas marcas aseguran que el doble. Desgraciadamente, la OCU ha podido comprobar que esto no es cierto en las pruebas que ha realizado de este producto a golpe de lavado de pelucas de media melena, si se les compara con los champús de 250 milímetros.
Tras analizar doce productos de diferentes marcas y para todo tipo de cabellos, algunos de ellos sí que pueden durar un poco más que un envase líquido, pero también hay otros casos en los que el desgaste se produce con mayor celeridad. En todo caso, el número de lavados con un champú líquido fue de 53, mientras que el de uno sólido osciló entre 37 y 72. En resumen, sólo cinco de ellos de los doce analizados duraron más que el líquido. Eso sí, la OCU también advierte que se trata de una mera estimación, ya que es el propio usuario el que debe realizar su propia comparativa, porque su uso es algo muy personal. No todo el mundo tiene el mismo volumen de pelo o se ducha de la misma forma.
El principal inconveniente de los champús sólidos es que, por lo general, son más caros que los líquidos de las mismas marcas. En ese sentido, oscilan entre los 4 y 12 euros, frente a los 3,89 de los envases tradicionales más asequibles. La OCU aclara que los que se encuentran a la venta en perfumerías o supermercados son más baratos que los de las tiendas especializadas. También hay que destacar que algunos jabones líquidos no facilitan tanto el peinado ni aportan el volumen o brillo esperados. Eso sí, todos ellos son capaces de generar tanta espuma y fragancia como cualquier líquido.
¿Entonces, qué nos puede mover a cambiar el tradicional uso del champú líquido por estas pastillas si encima son más caras? Básicamente, hacer un favor al medioambiente. Su envoltorio está libre de plásticos, uno de los materiales que más contaminan ya que sus envases son de papel o cartón, a menudo ya reciclado o procedente de bosques sostenibles. Al ocupar menos espacio que las botellas de los líquidos y ser más ligeras, son más fáciles de transportar. Una ventaja, sobre todo, si se viaja mucho en avión, ya que pasarán sin problemas los controles en los aeropuertos previos al embarque y son mucho más prácticos.
Por si fuera poco, precisan de menos agua para su fabricación que los líquidos y, por tanto, apenas llevan conservantes, lo que provoca que contaminen mucho menos las aguas residuales. También precisan de menos energía para su producción y, si se apura hasta el final de cada pastilla, apenas hay desperdicio de producto.
Por todo ello, y en general, la opinión de los usuarios en las pruebas de la OCU sobre los champús sólidos fue muy positiva. Eso sí, como todo en la vida, hay productos que destacan sobre los demás. Estos son los tres que han tenido mejor calificación:
El mejor para la OCU con una nota de 77 (muy buena calidad). A destacar, sus máximas puntuaciones por su facilidad de aclarado, eficacia y durabilidad. Su precio es de 4,44 euros, el segundo más barato de la comparativa.
Ocupa la segunda posición con 74 puntos (buena calidad). Como aspectos positivos, se encuentran la calidad de la espuma, la facilidad de aclarado y el perfume, aunque falla algo en su eficacia y acabado de cabello. Su precio es de 5,23 euros.
También con una nota de 74 puntos, aunque su precio es más elevado que los anteriores: 10, 95 euros. A destacar la buena cantidad de espuma, eficacia y facilidad de aclarado, así como su fragancia. Su punto débil radica en los ingredientes utilizados, más contaminante que el resto de las marcas y que puede provocar alergias a algunos usuarios.