La calima creada por arena del Sáhara que durante estos días está inundando la mayor parte del cielo de España, ha modificado el día a día de muchas personas por los riesgos que entraña. Por su escasa visibilidad, pero también por los problemas respiratorios que puede suponer, la tormenta de polvo, arena y barro manifiesta varias dudas por su atipicidad en estas fechas del año.
Más común de ver en temporadas cálidas y cerca del litoral, una intensa ola de arena ha cubierto estos días el este, centro, sur y noroeste peninsular hasta dejar postales propias de Marte o zonas desérticas.
Desde que entrase en España el lunes por la tarde, haciéndose ya visible en localidades de Murcia, Alicante o Albacete, este martes y miércoles su presencia ha sido constante sobre el cielo tiñendo de ocre todo lo que encontraba a su paso (coches, edificios, mobiliario urbano...).
Una calima llegada por la borrasca Celia para dar casi la bienvenida a la primavera que se mantendrá a lo largo de esta semana. Con más presencia hasta el jueves, cuando se esperan precipitaciones en casi toda la Península Ibérica, el polvo acumulado estos días dará lugar a lo conocido como lluvia de sangre, tal y como señala la Aemet.
Un fenómeno que se produce al arrastrar el agua de la lluvia toda la arena acumulada por la calima, convirtiéndose esta en barro corriendo alrededor de las calles. Será en este momento cuando todo este polvo ocre vaya desapareciendo, conforme se acerque el fin de semana en las diferentes regiones afectadas.
Llegada por vientos saharianos, las partículas que se manifiestan estos días en forma de arena y polvo están compuestas de aluminosilicatos (óxido de aluminio y sílice) además de arcilla, yeso, calcita y otros minerales a los que se pueden adherir hongos y bacterias que se encuentran suspendidos en el aire.
Sin ser tóxica aunque sí peligrosa para personas con problemas respiratorios, por la acumulación de partículas en garganta y nariz, los expertos sanitarios aconsejan no exponerse durante largas jornadas de tiempo al aire libre, así como tampoco realizar actividades que impliquen alta capacidad pulmonar.
Esto se debe a que la calidad del aire ha empeorado estos días, registrando España los peores índices de toda Europa a consecuencia de la calima. Una tormenta de arena que sumada a la contaminación de grandes urbes puede afectar a los planes medioambientales a corto plazo.
Por lo tanto, no es recomendable realizar cualquier actividad deportiva al aire libre durante los días que se prolongue la calima. Dependiendo también de cada paciente, sin embargo incluso unas buenas condiciones físicas se pueden ver mermadas por esta acumulación de partículas arenosas.
Paradójicamente, mientras el uso de la mascarilla al aire libre empieza a despegarse de la sociedad, al tiempo que se debate la no obligación de ella en interiores, estos días usar una FFP2 puede ayudar a aliviar problemas respiratorios. Por ello, los expertos recomiendan su uso al aire libre, filtrando esta las partículas e impidiendo que entren en el sistema respiratorio como si de covid-19 se tratase.
Aunque reducir la visibilidad es una de las principales propiedades de la calima, de cara al transporte aéreo este fenómeno apenas afecta ya que se manifiesta en bajas presiones. Por lo tanto, no hay cancelaciones previstas en los aeropuertos españoles aunque sí se han extremado las medidas de precaución en ellos.