Un nuevo informe de DNV sugiere que los recubrimientos de poliéster en escamas de vidrio (GFP) pueden proporcionar protección contra la corrosión sin mantenimiento en la zona de salpicaduras de los activos en alta mar durante más de tres décadas.

La investigación de DNV muestra que Baltoflake, una solución GFP desarrollada por Jotun, puede ofrecer una protección duradera para las subestructuras en alta mar y reducir los costos del ciclo de vida hasta en un 50 %.

En particular, Jotun dice que la solución es “ideal” para su uso en el sector eólico marino, donde se requieren una fuerte resistencia a la corrosión y excelentes propiedades mecánicas. El revestimiento tiene materiales de escamas de vidrio incorporados al poliéster para crear una estructura que es de 5 a 20 veces más impermeable que la resina sola.

DNV inspeccionó una sección de la cubierta de una plataforma petrolera del Mar del Norte que se instaló en 1972 y se desmanteló en 2020. El recubrimiento Baltoflake de Jotun se aplicó a la plataforma a fines de la década de 1980 y, a pesar de la exposición de más de 30 años al entorno hostil del Mar del Norte, el análisis reveló que el recubrimiento en la zona de salpicadura estaba intacto, aún liso y sin signos de deslaminación.

Presentada durante la década de 1970, la solución fue uno de los primeros productos de recubrimiento de alto rendimiento destinados a la implementación en entornos marinos.

El gerente de categoría global de Jotun para imprimaciones de construcción nueva, Ismail Tan, dijo: “Aunque los recubrimientos de escamas de vidrio se han utilizado en la industria energética durante más de 40 años, tradicionalmente ha habido muy poca investigación sobre los beneficios a largo plazo del material. Sin embargo, al asociarnos con DNV en este informe, ahora tenemos los datos de campo relevantes necesarios para demostrar el rendimiento completo de la protección del ciclo de vida de los activos de Baltoflake”.

“Baltoflake elimina el requisito de que los desarrolladores de energía eólica marina realicen costosas reparaciones o reemplazos debido a la corrosión. Al reducir los costos generales de mantenimiento y el tiempo de inactividad, podemos capacitar a los operadores para que centren sus esfuerzos en la generación de energía limpia”, añadió.

Con la disminución de las existencias y la producción mundiales de acero después de la pandemia, y la guerra en Ucrania bloqueando alrededor del 10% del comercio mundial, el costo del acero se está disparando mientras que la disponibilidad cae, lo que ejerce presión sobre los proyectos eólicos marinos.

Los desarrolladores corren un mayor riesgo de aumento de los precios debido a los tamaños de turbinas más grandes, estructuras de cimientos más largas y requisitos de subestaciones.

Sin embargo, con turbinas marinas diseñadas para durar entre 20 y 25 años, Jotun cree que soluciones como Baltoflake pueden ayudar a prolongar la vida útil de las turbinas nuevas y existentes en más de 10 años, reduciendo los costos del ciclo de vida en un 50 %.

espero que no sean de estas cadenas de perfluorados que luego sacan moluscos hermafroditas y peces que cambian de sexo porque tienen una estructura molecular que calca hormonas sexuales o tiroideas.

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